¿Por qué estamos tan lejos de este hermoso lugar?
Es la pregunto que siempre me hago al ver las imágenes de la patogonia Agentina, la región preferida de mi país.
Tan extensa y variada es la república que recorrerla entera, visitando los puntos turísticos más importantes, demoraría meses y meses, por eso, mi familia y yo decidimos esta vez empezar por la zona más fría: por el sur de la Argentina.
Al llegar y ver el paisaje patagónico, tan distinto al de dónde nací, de inmediato se me vinieron a la mente los videos educativos y las fotos que veía en la primaria cuando la maestra nos enseñaba los distintas climas del país; un paisaje desolado, con poca construcciones, algo así como pacífico nos daba la bienvenida a la región.
Es increíble ir por las rutas de las provincias de Chubut y Neuquén y cruzar a cada instante ñandúes, guanacos y ovejas habitando un suelo tan seco, y con escasa vegetación y digo increíble porque uno está acostumbrado a ver animales muy distintos aquí en Córdoba.
Pero lo más sorprendente es llegar a Puerto Madryn y sentarse en un bar de la costa a contemplar a pocos metros a las ballenas mientras uno degusta un buen café con una torta galesa, típica de esa región que en un principio fue habitada por Galeses.
Pero el plato fuerte es Península Valdés, en dónde uno puede realizar un avistaje de ballenas por las aguas del océano atlántico, y eso es sin lugar a dudas un verdadero placer, porque las ballenas se acercan a centímetros de las embarcaciones y uno puede apreciar a los ejemplares que van y vienen por debajo del barco.
Pero eso no es todo, pingüinos y lobos marinos, también se encuentran en nuestra costa sur por el mes de octubre, por eso este es el mes ideal si uno quiere disfrutar de un tiempo no tan frío como el que hace en pleno invierno, respirar aire más que puro, visitar lugares paradisíacos y además ver la fauna autóctona de la región.
Es la pregunto que siempre me hago al ver las imágenes de la patogonia Agentina, la región preferida de mi país.
Tan extensa y variada es la república que recorrerla entera, visitando los puntos turísticos más importantes, demoraría meses y meses, por eso, mi familia y yo decidimos esta vez empezar por la zona más fría: por el sur de la Argentina.
Al llegar y ver el paisaje patagónico, tan distinto al de dónde nací, de inmediato se me vinieron a la mente los videos educativos y las fotos que veía en la primaria cuando la maestra nos enseñaba los distintas climas del país; un paisaje desolado, con poca construcciones, algo así como pacífico nos daba la bienvenida a la región.
Es increíble ir por las rutas de las provincias de Chubut y Neuquén y cruzar a cada instante ñandúes, guanacos y ovejas habitando un suelo tan seco, y con escasa vegetación y digo increíble porque uno está acostumbrado a ver animales muy distintos aquí en Córdoba.
Pero lo más sorprendente es llegar a Puerto Madryn y sentarse en un bar de la costa a contemplar a pocos metros a las ballenas mientras uno degusta un buen café con una torta galesa, típica de esa región que en un principio fue habitada por Galeses.
Pero el plato fuerte es Península Valdés, en dónde uno puede realizar un avistaje de ballenas por las aguas del océano atlántico, y eso es sin lugar a dudas un verdadero placer, porque las ballenas se acercan a centímetros de las embarcaciones y uno puede apreciar a los ejemplares que van y vienen por debajo del barco.
Pero eso no es todo, pingüinos y lobos marinos, también se encuentran en nuestra costa sur por el mes de octubre, por eso este es el mes ideal si uno quiere disfrutar de un tiempo no tan frío como el que hace en pleno invierno, respirar aire más que puro, visitar lugares paradisíacos y además ver la fauna autóctona de la región.
Fuente: Familia Brussino
